domingo, 15 de octubre de 2017

GATOS DE LENGUAS FLORIDAS- 24 de Noviembre 695



En una linda casa de dos plantas, mirando las espaldas del Hospital Ramos Mejía, en la calle 24 de Noviembre 695, encontramos gatos de lenguas floridas.






Ya habíamos visto monstruos de estas características. Pero eran humanos, no animales






Eran mascarones, no ménsulas. 





Encontramos estos extraños gatos disfrazando las ménsulas.  Se presentan con las fauces abiertas, Si los miramos de frente apenas notamos el detalle de las bocas, pero a medida que nos acercamos, como se ha visto con algunas gárgolas, aparecen nuevos detalles, identidades.





Con seguridad, hubo un momento en que este estilo de representación, tuvo un significado para nuestros antepasados, quizás simplemente estético, que aseguró la repetición del modelo.






©  Ana di Cesare por Peña de Historia del Sur 
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domingo, 24 de septiembre de 2017

LAS BELLAS QUE NO SE CANSAN - Caseros 2840



Dos bellas figuras femeninas, nos miran sonrientes desde el piso superior de este edificio. Relajadas, apoyan una mano sobre la cabeza o la nuca, otra sobre el pecho o la cadera. Las piernas se pierden bajo unas seudo pilastras.





Un detalle para no perder es el desagote de los balcones, que se disimulan con las cabecitas de unos ángelitos, por cuya boca drena el agua.

Un hermoso edificio en Parque de los Patricios.



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miércoles, 13 de septiembre de 2017

UNA MIRADA LASTIMERA - SAAVEDRA 1251



Saavedra entre  Av. San Juan y Cochabamba, mirando al este, encontramos este mascarón elegíaco.




El edificio, de propiedad horizontal, dos puertas coronadas por el mascarón que nos ocupa, se levanta en un solar de 8,66 metros de frente por 26,91 de fondo.






Un ejemplo de Art Nouveau modesto, con su mascarón, unos detalles de conchas marinas sobre los dinteles de la ventana, una guirnalda que resalta el medallón que nos informa el año de construcción.





Obra del arquitecto Pedro Luisoni, del año 1912.





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viernes, 8 de septiembre de 2017

UNAS DAMAS A PUNTO DE HABLAR- Sánchez de Loria 931



Caminaba por Av. Independencia, cuando la luz del semáforo me detuvo, como un acto reflejo que ya se me ha instalado, alcé la mirada y me sorprendieron unos mascarones, que no distinguía en detalle.




A la distancia, parecían muy rústicos, para ese frente de imitación piedra, con zócalo pintado en rosa.

Los rostros de los mascarones sorprenden.




Son de mujer. Grandes ojos claros, nariz respingada, una enorme boca que se abre como una flor suplicante, la frente desaparece en un penacho que compone todo el marco de lineas ondulantes y hojas de acanto.






El artista se preocupó por hacer esos ojos claros. Hay un trabajo excelente de oscurecimiento de la pupila y iluminación del iris, que parece tener vida. Curioso detalle, porque sólo se distingue cuando se aproxima la imagen con un zoom.


¡Y a mi, que a la distancia, me resultaban toscos e inacabados!


Los mascarones son tres, colocados simétricamente. Los que están hacia el sur y al centro,  por arriba de un friso sobre los dinteles de las ventanas. El que está hacia el norte, quedó entre una ventana ciega y la puerta de entrada.







Es posible que los mascarones impresionen como ornato extraño, porque a distancia, parecen rostros con agujeros en el lugar de los ojos. Este efecto lo provocan  las hojas que rodean, ensombreciendo, las caras.

Hay una marcada diferencia de la casa del arquitrabe hacia abajo y hacia arriba. Como si sólo se hubiera puesto en valor el frente hasta las ornamentaciones horizontales. Ahora, si uno mira la casa contigua, que está muy cuidada, vemos que el sector frontal que se corresponde con la azotea, está deteriorándose.

La duda se abre. 

En realidad, cuando se pintó el frente, no se restauró lo más valioso, lo que hace a la identidad de esa propiedad. Las siguientes fotos son la muestra:





Una semilla entró por alguna fisura de la pared, se convirtió en ramas y como una palanca fue separando planos, los hierros que sostienen la estructura del mascarón.




Desde distintos ángulos se observa el daño. Esa moldura corre un serie peligro de desaparecer. En el último año se han perdido muchos mascarones y cartelas, que, algo deteriorados, no resistieron el cambio pluvial en nuestra ciudad.





Este es el mascarón del centro.







Aquí los tenemos vistos de perfil






Éste es el mascarón sur, que resiste la tensión de un cable.













El mascarón norte, que parece dirigir la mirada en una dirección diferente a los anteriores. 





Otros detalles de la decoración



















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sábado, 26 de agosto de 2017

UN EDIFICIO CON NOSTALGIAS - Corrientes 5434




La Avenida Corrientes, ofrece unos frentes maravillosos.
Hay que recorrerla, por la mano norte y por la sur, una y otra vez. No falla, no deja de sorprender. No sólo por los detalles urbanísticos, sino por las historias que encierran las antiguas propiedades.

Ayer salimos a deambular por ella, en realidad a buscar una casa que teníamos vista, pero con la que no dimos.

Sin embargo hicimos buena cosecha.

Nuestra primera cosecha, fue el edificio del 5434, que se encuentra muy bien mantenido, pintado con elegancia. Solo desentona el friso, al que tuvieron el mal gusto de pintarle los alto relieves en dorado, con lo bien que quedan en blanco.


Este detalle arruina en parte el conjunto. No faltan las cabezas de leones, fauces abiertas, pequeños efebos 




y adolescentes chicas haciendo gimnasia. 



Entre los movedizos protagonistas, uno, al pie, lee un libro, ajeno a lo que ocurre en su entorno.




Molduras, rejas, ménsulas, carpintería, elegantes, de calidad.

El edificio mira al norte, lo detectamos desde la mano contraria y luego del conjunto nos llamó la atención el mascarón, que se encuentra en el remate.




Tiene un aire a fantasma, a espanto que acecha con su mandíbula colgando.




Aqui tenemos dos vistas, del coronamiento y de detalles del frente, hacia el este y el oeste.





De poco serviría la cáscara de un frente, si no supiéramos que dentro de ella se desarrollo la vida de diferentes personas, con sus pasiones, sus amores, sus intensidades lúdicas, y sus sueños.

En los bajos de este edificio, estuvo desde mucho antes del ´30 el café "San Bernardo", que según cuenta Ricardo Feierstein, en su libro Historia de los judios argentinos, fue la catedral de la bohemia judia villacrespense.  

Para los años 30, tenía la mayor sala de billares de la zona con más de 20 mesas y, era un reducto célebre por el impulso con que se jugaba al ajedrez. 

Siguiendo a éste autor, sabemos que el con limón, el cortado en vaso y la grapa, eran la antesala a los varénikes del mediodía, que aplacaban las nostalgias por Varsovia.

EN este café actuó Paquita Bernardo, algunos dicen que aquí debutó en su orquesta Osvado Pugliese. No lo creo posible, porque el inolvidable Maestro, había comenzado, a los 13 años a tocar el violín,  en el Café "La Chancha" de Córdoba y Godoy Cruz.  De ahí pasó al "ABC" de Córdoba y Scalabrini Ortiz, llegó al "Café Iglesias" de Corrientes al 1600 y ahí si, se sumó a la orquesta de Paquita.  Pero, siendo del Barrio, es posible que tocara en el Café San Bernardo, que es sitio de interés cultural desde el 2012. 




©  Ana di Cesare por Peña de Historia del Sur 
© Fotos: Ana di Cesare
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UN REPTIL CABEZA ABAJO - Av. de Mayo 1350





En el remate del edificio sito en Av. de Mayo 1350, encontramos esta belleza. Se esconde detrás del follaje, su gesto es de fiereza, las fauces abiertas, aunque lo custodian flores.




©  Ana di Cesare por Peña de Historia del Sur 
© Fotos: Ana di Cesare
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lunes, 21 de agosto de 2017

LAS EXTRAÑAS SIRENAS DE LA CALLE MORENO 3519





Hace unos años, cuando buscábamos gárgolas en Buenos Aires, Margarita Paroli, descubrió las sirenas que sin esfuerzo sostienen los balcones de éste edificio en la calle Moreno entre Maza y Boedo.










Debió ser una casa destacada de ese punto de Almagro.



Foto: Catastro, 6 de mayo de 1997


Su frente, amplio ( 13,28 m), ofrece tres entradas. En esto de descubre que fue edificada con afán de lucro, como tantas otras que encargaban los inmigrantes enriquecidos, en tiempos del art nouveau.








Requería un frente quimérico, que hipnotizara a los futuros inquilinos, que les generara el vivir allí.

Los arquitectos respondían a las exigencias de sus comitentes, volcando el bestiario medieval, en el urbanismo porteño, junto a un aprovechamiento al máximo del terreno. En este caso de poco fondo, apenas 18 metros. 

Esas tres puertas que conducían a diferentes categorías de departamentos, del frente al fondo. Una llevaba a los departamentos de los que se obtendría la mejor renta, llenos de comodidades, éstas iban mermando hasta los del fondo, en general espacios oscuros, diminutos, y mal ventilados.


Foto Catastro 4 de abril de 2010



La fachada de esta casa de departamentos, es generosa en ornatos. Aunque abundan mascarones, guirnaldas, hojas de acanto, volutas, modillones, caracolas, cartelas, monstruos tutelares, resulta armoniosa. 





Lo que pudo resultar recargado, se aligera por las aberturas, las ya mencionadas tres puertas en Planta baja, ubicadas en posición central y los dos ventanales de arco, en los extremos. 





En el primer piso, 4 puertas ventanas con balcón, 2 también en arco y dos con dintel plano. 





 Todas con seudo guardapolvo y suntuosas decoraciones. Excelente carpintería, que sigue la línea ondulante del estilo.





De la calidad de la casa, dan cuenta entre otros, los esmerilados de los vidrios en las banderolas de las puertas cancel.






Los balcones, parecen apoyarse en podios bellamente ornamentados con guirnaldas, flores y grandes hojas de acanto.










Los balcones, además de sus rejas maravillosas, muestran una decoración, que sirve de sostén al apoyamanos  de bronce, que las atraviesa.





EL remate presenta el siguiente recorrido: una linea recta central , que cambia a arcos por sobre los ventanales que clausuran la construcción hacia el este y el oeste. Concluido los arcos, queda de cada lado, algo menos de metro, donde la cornisa vuelve a ser recta

La clave, o punto más alto de esos arcos, se marca con un adorno marino cuyos lados asientan sobre volutas, de estas últimas se forma una guirnalda. Del centro del adorno marino, cae una ramillete de flores. Debajo e este conjunto, se desarrollan dos grandes volutas, que sostienen los lados el mascarón y el conjunto ornamenta que allí se compone. La decoración del cornisamento muestra un puntillado, que realza la edificación.





La edificación, como venimos diciendo, mantiene una rígida simetría.
Justo en los ángulos donde la cornisa recta comienza a elevar la altura para formar los arcos, hay dos figuras,  y otras dos en el punto extremo donde termina el arco, de las que mal se distingue desde la calle,  el detalle de su naturaleza. 





Allí están como centinelas, seguramente para cumplir una función tutelar




 Son figuras antropomorfas. Pudieran ser monstruos marinos, o particulares dragones.  Sobresale en  el rostro  amenazante, la cabeza calva,  orejas como asas, las enormes bocas abiertas que enseñan los dientes casi rugientes, las fosas nasales dilatadas, grandes ojos que miran al cielo como atisbando peligros que de allí pudieran venir. Una aleta, que viene de la espalda se expande, otra se aferra a la cornisa, que en ese punto aumenta su altura. La cola, larga, anillada,  cae hacia la calle, termina en una forma de membrana con seis dedos.  





Mencionamos los mascarones entre volutas, también simétricos, representan un rostro femenino de bellas  y serenas facciones. LLevan el cabello, con un peinado partido al medio, que sobre los hombres en suaves ondas. Un collar es su única joya.











El que se encuentra más próximo a la Av. Boedo, presenta un deterioro, que lleva a presumir, que en poco tiempo desaparecerá.















Por debajo de la barbilla, se ve una fisura, que hacia el costado del cuello ya ha formado un peligroso hueco.





Dado que la casa, tiene en general, un buen estado de conservación, salvar ese mascarón  representaría un gran logro. 





En la Planta Baja, como ménsulas que sostienen los balcones del primer piso, tenemos 4 sirenas, una perdió la cabeza. Cada una tiene un rostro diferente.




Quizás se sientan bonitas, mostrando sus pechos, sus colas particulares.















La verdad es que son feas, sus rostros grotescos, sugieren la función de espantar males de ojos y envidias.













Nada lleva a presumir que desaparezcan pronto. Pero, como en  Buenos Aires, nunca sabe, las subimos para recordar que alguien las eligió.


















©  Ana di Cesare por Peña de Historia del Sur 
© Fotos: Ana di Cesare
Queda prohibida la reproducción del material escrito o fotográfico sin autorización por escrito  de su autora.

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